La Inclusión responde de
manera positiva a la diversidad social y a las diferencias individuales que
puede haber. Pero en las competencias básicas del currículum tiene varias
finalidades. Por ejemplo: Integrar los diferentes aprendizajes, permitir que
todos los estudiantes se integren y orientar la enseñanza identificando los
contenidos y criterios de evaluación. En
el marco de la propuesta con la unión europea y en relación con nuestra unidad
didáctica, hemos escogido las siguientes competencias básicas:
1.
COMPETENCIA EN EL
CONOCIMIENTO Y LA INTERACCIÓN CON EL MUNDO FÍSICO.
Es
una habilidad que sirve para interactuar con el mundo físico ya que, de esta
manera, se posibilita la comprensión de sucesos, predicción de consecuencias…
Establece unas habilidades para desenvolverse adecuadamente en el entorno y en
los ámbitos de la vida fomentando así la autonomía y la iniciativa personal.
En
esta competencia forma parte la correcta percepción del espacio físico, aquí se
desarrollan la vida y actividad humana pero también la habilidad para
interactuar con el entorno; desplazarse por él o resolver los problemas que
puedan darse.
Gracias
a esta competencia, se pueden obtener las conclusiones basadas en unas pruebas
con la finalidad de poder tomar decisiones y los cambios que la actividad
humana puede producir sobre el medio ambiente, salud y calidad de vida.
2.
COMPETENCIA SOCIAL
Y CIUDADANA.
En
este apartado se intenta comprender la realidad social en la que se vive, es
decir, se coopera, se convive y se ejerce una ciudadanía democrática. En ella
están integradas unas habilidades y unos conocimientos que les permiten
participar en los varios ámbitos que presenta la vida y poder tomar decisiones.
Esta
competencia beneficia el entendimiento de la realidad histórica y social del
mundo. Pero para ello se exige tener cierta experiencia, conocimientos y
conciencia de la existencia para poder analizar la realidad. También lleva a recurrir al análisis
multicausal y sistemático para calificar los hechos y con ello reflexionar de
una manera global y por supuesto crítica, además de dialogar para mejorar colectivamente
la comprensión de la realidad.
La
dimensión ética de esta competencia, supone ser precavido de los valores que
puede presentar el entorno para crear poco a poco un sistema de valores propio
y comportarse en coherencia con ellos al
afrontar la decisión o un conflicto.
En consecuencia, entre las habilidades de esta competencia destacan conocerse y valorarse, saber comunicarse en distintos contextos, expresar las propias ideas y escuchar las ajenas, ser capaz de ponerse en el lugar del otro y comprender su punto de vista aunque sea diferente del propio, y tomar decisiones en los distintos niveles.
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